Esta semana ha dado comienzo a un nuevo taller, denominado “Ciudadanía digital”. La primera tarea a desempeñar, ha sido visionar un documental de Jordi Évole titulado “Conectados” y reflexionar sobre este. Si pincháis sobre la palabra "Conectados" podréis acceder a él.
Una vez más Jordi Évole comparte con nosotros el impacto que tienen las nuevas tecnologías en la vida cotidiana, Pues forman parte y son protagonistas de nuestra rutina permanentemente, convirtiéndose en el fondo y la forma de la mayoría de las acciones que llevamos a cabo en la sociedad. Es más, el tema es tan reiterativo que éste trabajo está empleando las nuevas tecnologías para hablar de las mismas, somos como adictos criticando nuestras propias adicciones.
No llegamos a ser hipócritas, pero sí que se crea un sentimiento de inutilidad y falta de compromiso, pues no hacemos frente de un modo efectivo al problema. Lo denunciamos, lo compartimos, lo distribuímos y hacemos alarde de ello, pero tras la evaluación del profesor y una calificación acorde a nuestras expectativas, volvemos a un modo de vivir en el que estamos pegados al móvil y sus múltiples funciones.
Es el siglo veintiuno, es la norma, la pauta y la medida de todas las cosas, lo que empuja a que una sociedad atropellada por la tecnología escoja a expertos (que no dejan de ser adictos a ella) para tratar a pacientes que sufren la adicción de un modo más severo o extremo. Tal y como recogemos en el vídeo del periodista español, “hasta el punto de no despegarse de ella…”.
Todo ello nos deja un futuro poco esperanzador para la resolución de problemas de este tipo, sabiendo y deduciendo que las tecnologías nos están absorbiendo progresivamente y de forma sistemática, anulando el recuerdo de una vida anterior en la que no estaban presentes. ¿A dónde vamos? ¿Cuánto tardaremos en llegar? ¿Puede ser que ya nos encontremos allí? No hace falta ser notablemente futuristas para percatarnos de que respiramos las nuevas tecnologías por todas partes, sufriendo el adoctrinamiento de estas periódicamente.
¿Esto es lo que queremos? ¿Estamos satisfechos con la adicción y sus incontestables consecuencias negativas? ¿Cómo combatimos semejante problemática sin sufrir lo que conlleva la abstinencia? Por desgracia no hay buenas, nuevas, tranquilizadoras o apaciguadoras, todo a punta que nos enfrentamos a un rival que nos hará ceder una y otra vez, desmotivándonos si no accedemos a lo que nos sugiere.
Es una pena pero, ¿acaso hay alguna salida factible? Estamos necesitados de una opción que nos satisfaga, pero no hay consuelo alguno porque no la hallamos por ninguna parte. “No podemos hacer nada” es una frase difícil de digerir, asimilar y aceptar. No obstante, hasta nuevo aviso no hay alternativa capaz de contraponerse o enfrentarse a la adicción cibernética.
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