domingo, 18 de febrero de 2018

LA CAZA


En esta entrada me gustaría reflexionar acerca de una película que hemos estado visualizando a lo largo de dos sesiones, titulada “La Caza", y comentar varias escenas que me han hecho meditar sobre el género en la educación.

El principal protagonista es Lucas, profesor de una escuela infantil situada en un pequeño pueblo de Dinamarca. Allí, está en permanente contacto con niños/as muy pequeños/as. Tras divorciarse recientemente, intenta recomponer su vida y comienza a conocer a una nueva mujer, mostrándose muy ilusionado. A su vez, trata de retomar la relación con su hijo adolescente.

Todo parece encaminarse hacia una situación estable, pero, una mentira de Klara, una de sus alumnas e hija de su mejor amigo, trastoca todos sus planes. Ésta lo acusa de haber abusado sexualmente de ella; y, a partir de ahí, los vecinos de la comunidad (incluyendo sus amigos, compañeros de trabajo y pareja) comienzan una campaña de linchamiento contra él, haciéndole la vida imposible, y sin darle la posibilidad de demostrar su inocencia. Lukas deberá luchar por su dignidad y por limpiar su imagen. Para poneros más en situación os añado el tráiler de la película.


Tras su visualización, me he percatado de la veracidad que se le dan a los argumentos que nos cuentan los niños y niñas, y sobretodo de esos estereotipos de género que la sociedad muestra. La población se cree los hechos relatados por la niña, pues la consideran un ser indefenso y sin ningún tipo de maldad. Sin embargo, menosprecian y señalan directamente al profesor, que en este caso es un hombre. Este hecho es un reflejo de la desconfianza que aún se tiene hacia la figura docente masculina en la educación.

Por otra parte, quiero hacer hincapié en dos escenas que me han llamado la atención de forma considerable.


La primera de ellas ocurre cuando la madre de Klara está hablando con ella en su casa, después de haber sufrido el supuesto abuso sexual. La niña le afirma que no ha pasado nada, que había dicho una tontería y que no quiere que le hagan daño a Lukas. Lo que me ha chocado es que la madre, sin saber realmente la verdad, le recalca a su hija que sí ha pasado lo que ella dijo en un primer momento, y no le da la opción de decir lo contrario.

En este caso, si yo fuese la madre, le dejaría a Klara que se explicase, para tener otra versión de lo sucedido; y posteriormente, haría todo lo posible por descubrir la verdad, sin antes juzgar a nadie sin ningún tipo de prueba. También es cierto, que dado todos los abusos sexuales que se producen en la actualidad puedas tener cierto tipo de desconfianza, pero luego nos quejamos de que la presencia de la figura de un hombre en las escuelas infantiles es poco frecuente. Deberíamos ponernos en su lugar y ver que es injusto que todos tengan que luchar día a día contra estos estereotipos que se tienen hacia ellos y que su imagen se vea asociada a este tipo de actos ilícitos.


La otra escena tiene lugar en el supermercado. Lukas entra a comprar y le dicen que no es bienvenido. Él se niega a abandonar el establecimiento y posteriormente, los propios trabajadores le agreden, insultan y le propician una brutal paliza. Es aquí cuando me pregunto qué hubiera pasado si hubiese sido una mujer la que se habría visto envuelta en esta situación, ¿reaccionarían de la misma manera?
Para finalizar, voy a hablar sobre el test de Bechdel, una prueba que analiza la presencia y el papel que tienen las mujeres respecto a los hombres en las películas. Los requisitos para pasar el test son los siguientes:

  1. En la película han de salir al menos dos personajes femeninos.  ✅
  2. Dichos personajes hablan entre ellas en algún momento. ✅
  3. Dicha conversación tiene que tratar de algo más que no sea un hombre. ❌
En conclusión, podríamos decir que no pasa el test de Bechdel, ya que cuando aparecen los personajes femeninos, se dedican a hablar sobre Lukas y lo ocurrido. Además, es una película bastante machista, pues la mayoría de las mujeres se quedan en casa, cuidan de sus hijos/as y hacen las tareas domésticas. Los hombres, en cambio, realizan quedadas con sus amigos, se emborrachan y llegan a casa tan ebrios que tienen que ser cuidados por sus mujeres.

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